A pesar de su ternura, las nutrias son máquinas devoradoras voraces. Pueden devorar fácilmente el 25% de su propio peso corporal cada día solo para mantenerse calientes. Sin embargo, se sabe relativamente poco sobre cómo buscan comida, pero ahora, un nuevo estudio ha podido arrojar algo de luz sobre este aspecto de sus vidas.

Las nutrias están perfectamente adaptadas al entorno semiacuático en el que suelen vivir. Cuentan con cuerpos largos y delgados y extremidades relativamente cortas con patas palmeadas que utilizan para nadar. También tienen garras afiladas y pueden contener la respiración durante períodos prolongados, lo que les permite cazar y buscar comida debajo de la superficie. También son bastante ágiles y habilidosos, a menudo golpeando almejas y caracoles sobre rocas en equilibrio sobre sus pechos mientras flotan.

Sin embargo, las nutrias también son bastante tímidas, lo que dificulta su estudio tanto en la naturaleza como en cautiverio, dice Sarah McKay Strobel de la Universidad de California Santa Cruz (UCSC).

Las nutrias marinas a veces pueden verse como el niño problemático cuando se trata de entrenamiento, dice Strobel, recordando los meses de esfuerzo que se dedicaron a preparar una nutria marina salvaje llamada Selka en el Laboratorio Long Marine de la UCSC para su papel protagónico.

Strobel tuvo el presentimiento de que, dado que las nutrias a menudo cazan en aguas turbias o turbias, no solo dependen de su vista y sentido del olfato para navegar por las aguas. En un nuevo estudio, ella y sus colegas describen que sus patas y bigotes son extremadamente sensibles y pueden distinguir entre surcos de tamaño milimétrico.

Con la ayuda de un gran equipo de voluntarios, Strobel entrenó a Selka, la nutria, para que se acercara a un gabinete colocado en el costado de su piscina, en el que ocultaron un par de tablas con estrías verticales una al lado de la otra: una con ranuras de 2 mm de ancho y otra con Ranuras de 5 mm de ancho. Cada vez que Selka tocara el tablero de 2 mm, el tablero produciría un clic y Selka sería recompensada. También entrenaron a la nutria para identificar los 2 mm con sus bigotes mientras tenían los ojos vendados, una tarea particularmente difícil. Después de completar el proceso de entrenamiento fuera del agua, el equipo elevó el nivel del agua en la piscina, inundando el gabinete y repitiendo el mismo proceso sumergido.

Tomó meses de entrenamiento minucioso (ya veces divertido) pero finalmente, después de varias variaciones y ajustes, Selka pudo identificar las ranuras de 2 mm. Luego, los investigadores probaron su capacidad para distinguir el tablero ranurado de 2 mm de los tableros con ranuras de 2,1 a 3 mm de ancho.

Selka pudo reconocer las ranuras de 2 mm casi al instante si las encontraba primero. Si las ranuras tenían el ancho incorrecto, rápidamente buscaba la tabla correcta. No solo fue muy precisa y certera, sino que fue muy decisiva: tomó menos de 0,2 segundos tomar una decisión cuando probaba con sus patas y 0,4 segundos cuando exploraba con sus bigotes. Cuando los voluntarios humanos intentaron hacer la misma tarea, les tomó 30 veces más.

Tampoco importaba si las tablas estaban en el aire o bajo el agua. Selka parecía igualmente capaz de distinguir los surcos. Finalmente, pudo distinguir surcos que eran apenas 0,22 mm más anchos con la pata (0,48 mm más anchos con los bigotes).

Selka también era astuta siempre que era posible, memorizaba la solución correcta para no tener que resolverla de nuevo.

Selka usó su memoria para resolver el problema lo más rápido posible, dice Strobel, quien sospecha que la capacidad de las nutrias marinas para tomar decisiones rápidas basadas en el tacto es esencial para su supervivencia. Sus inmersiones tienden a ser de 1 a 2 minutos o menos, lo que significa que tienen que ser muy eficientes, dice, y agrega que los resultados sugieren que las nutrias marinas son capaces de usar el tacto en este corto período de tiempo para detectar presas.

El estudio fue publicado en el Journal of Experimental Biology.

Referencia de la revista: Strobel, SM, Sills, JM, Tinker, MT y Reichmuth, CJ (2018). Toque activo en nutrias marinas: umbrales de discriminación de texturas en el aire y bajo el agua y estrategias de comportamiento para patas y vibrisas. Exp. J. Biol. 220, jeb181347.

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