La nave espacial de la ESA sondeó el lado nocturno de Venus por primera vez. Después de que los astrónomos revisaron los datos, se sorprendieron al encontrar formaciones de nubes inusuales que no deberían estar allí según los modelos de computadora.

Este mosaico ilustra la superrotación atmosférica en las nubes superiores de Venus. Crédito: ESA, JAXA, J. Peralta y R. Hueso.

El gemelo infernal de la Tierra

Si hay un infierno en nuestro sistema solar, está en Venus. El objeto más brillante en el cielo nocturno después de la luna ha conjurado, durante mucho tiempo, la imaginación de científicos, artistas y gente librepensadora de todo el mundo. Envuelto en una espesa neblina, la gente imaginó que debajo de esta manta se encuentra un mundo selvático cálido, tal vez lleno de vida. Sin embargo, en 1962, la sonda espacial Mariner 2, lanzada por Estados Unidos, encontró algo totalmente diferente.

Venus tiene una temperatura superficial promedio de 460C, más caliente que la superficie de Mercurio a pesar de estar considerablemente más lejos que el sol. La explicación principal en este momento es que el enorme calor de Venus está atrapado en la atmósfera debido a un efecto invernadero descontrolado (algunos especulan que algo similar podría sucederle a la Tierra).

Estas nubes son tan espesas que reflejan el 90% de la luz solar que incide sobre el planeta, lo que convierte a Venus en un mundo muy oscuro y sombrío a pesar de estar más cerca del sol que la Tierra.

Planeta lento, vientos rápidos

Los científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) están más interesados ​​en los vientos de Venus que en sus nubes. Venus es el cuerpo que gira más lentamente en el sistema solar y completa una sola revolución alrededor de su propio eje en 234 días terrestres. Los vientos en el planeta, sin embargo, son 60 veces más rápidos que su rotación, lo que siempre ha intrigado a los científicos. Este fenómeno, conocido como superrotación, es más pronunciado en la atmósfera superior donde los vientos empujan y arrastran las nubes.

Para obtener más información, los científicos recurrieron a Venus Express de ESA, que reveló que el lado nocturno del planeta se comporta de manera radicalmente diferente al lado diurno del planeta, que está frente al sol. Escribiendo en Nature Astronomy, los investigadores informan haber encontrado tipos de nubes, morfologías y dinámicas inesperados y nunca antes vistos.

Esta es la primera vez que hemos podido caracterizar cómo circula la atmósfera en el lado nocturno de Venus a escala global, dice Javier Peralta de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), Japón, y autor principal del nuevo estudio.

Filamentos de alta velocidad vistos en las nubes superiores del lado nocturno de Venus, vistos a través del ojo del instrumento VIRTIS en Venus Express. Crédito: ESA, S. Naito, R. Hueso y J. Peralta.

Si bien la circulación atmosférica en el lado diurno de los planetas ha sido ampliamente explorada, todavía quedaba mucho por descubrir sobre el lado nocturno. Descubrimos que los patrones de nubes allí son diferentes a los del lado diurno y están influenciados por la topografía de Venus.

La súper rotación siempre ha sido desconcertante porque los científicos en la Tierra nunca pudieron reproducirla en sus modelos de computadora. Con la ayuda del espectrómetro de imágenes térmicas visibles e infrarrojas (VIRTIS) en la nave espacial Venus Express de ESA, pudieron observar las nubes en el lado oscuro del planeta en el infrarrojo. Esto reveló fenómenos en el lado nocturno de Venus que nunca antes se habían visto en el lado diurno.

El principal hallazgo es que la superrotación parece ser más irregular y caótica en el lado nocturno. Eso es contrario a los modelos meteorológicos de Venus compilados hasta ahora que la súper rotación predicha ocurre de la misma manera en el lado nocturno de Venus que en el lado diurno.

Fue un momento emocionante cuando nos dimos cuenta de que algunas de las características de las nubes en las imágenes de VIRTIS no se movían junto con la atmósfera, dijo Peralta en un comunicado.

Además, el lado nocturno parece producir nubes grandes, onduladas e irregulares en patrones similares a filamentos que nunca antes se habían visto en el lado soleado. Los científicos creen que estas formaciones de nubes están formadas por fenómenos inmóviles conocidos como ondas estacionarias.

Las ondas estacionarias son probablemente lo que llamaríamos ondas de gravedad, en otras palabras, ondas ascendentes generadas más abajo en la atmósfera de Venus que parecen no moverse con la rotación de los planetas, dice el coautor Agustín Sánchez-Lavega de la Universidad del Paso Vasco en Bilbao, España.

Estas ondas se concentran sobre áreas montañosas y empinadas de Venus; esto sugiere que la topografía de los planetas está afectando lo que sucede muy arriba en las nubes.

Nuevos tipos de morfología de nubes en Venus. Crédito: ESA, NASA, J. Peralta y R. Hueso

Extrañamente, este tipo de nubes no se encontraron en los niveles atmosféricos más bajos. La topografía podría estar involucrada, lo que solo puede significar que nuestros modelos climáticos y meteorológicos de Venus necesitan una renovación.

Este estudio desafía nuestra comprensión actual del modelado climático y, específicamente, la súper rotación, que es un fenómeno clave visto en Venus, dijo Hkan Svedhem, científico del proyecto Venus Express de la ESA.

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