En un laboratorio en Beijing, nacieron dos cerdos con células de mono la primera vez que se crió un animal tan quimérico. Los lechones mono-cerdo vivieron solo una semana antes de morir por causas desconocidas. Sin embargo, el objetivo final de dicha investigación es algún día hacer crecer órganos humanos en otros animales para trasplantes.
Este lechón contenía células de mono antes de morir una semana después del nacimiento. Crédito: Tang Hai.
Investigadores chinos del State Key Laboratory of Stem Cell and Reproductive Biology en Beijing modificaron genéticamente por primera vez células de mono in vitro para que produjeran una proteína fluorescente llamada GFP. De esta manera, los investigadores pudieron rastrear las células de mono en el animal huésped. A continuación, se implantaron células madre embrionarias de mono aisladas en embriones de cerdo cinco días después de la fertilización.
Se implantaron un total de 4.000 embriones en cerdos hembra, que dieron a luz a diez lechones, dos de ellos quimeras mono-cerdo. Los animales resultantes no parecían un extraño cruce entre los dos mamíferos. Los lechones se veían y se comportaban como no quimeras, sin embargo, sus corazones, hígado, bazo y pulmones, así como el tejido de la piel, contenían células de mono pero en cantidades muy pequeñas, entre una en 1,000 y una en 10,000.
Una semana después, todos los lechones, quimeras y no quimeras, murieron por causas desconocidas. Los autores chinos sospechan que sus muertes se deben a defectos introducidos por el proceso de fertilización in vitro más que a quimerismo. Está bien establecido que la fertilización in vitro en cerdos no es muy eficiente en comparación con los humanos y otros mamíferos.
En el futuro, los investigadores planean criar quimeras con una proporción aún mayor de células de mono. En última instancia, les gustaría criar cerdos con un corazón completo o un par de pulmones hechos de células de primate.
Esto no es una ciencia loca sin sentido. En última instancia, se podrían criar quimeras humano-animales para proporcionar órganos totalmente biocompatibles a las personas que necesitan urgentemente un trasplante. Solo en los Estados Unidos, 22 personas en la lista de espera de trasplantes mueren cada día porque no hay suficientes donantes. E incluso si un paciente tiene la suerte de acceder a los órganos de un donante, la vida no es nada fácil después del trasplante.
Hoy en día, incluso los órganos mejor emparejados no pueden durar mucho porque nuestro sistema inmunológico los ataca continuamente, viéndolos como cuerpos extraños que necesitan ser destruidos. Para eso están los fármacos inmunosupresores, que los pacientes trasplantados tienen que tomar toda la vida. En el peor de los casos, las complicaciones pueden obligarlos a someterse a una nueva cirugía de trasplante o correr el riesgo de morir.
Los primeros esfuerzos exitosos para criar animales quiméricos se realizaron en la década de 1960 cuando, uno por uno, los científicos lograron dar vida en el laboratorio a ratas, ovejas, conejos o ganado quimérico. Estas no eran quimeras de especies cruzadas, sino más bien organismos compuestos de células de múltiples individuos genéticamente distintos de la misma especie. Con el tiempo, este tipo de investigación demostró ser invaluable para los esfuerzos de investigación de células madre en curso de los científicos.
Otras quimeras de especies cruzadas incluyen quimeras cerdo-humano desarrolladas por un equipo en California en 2017. Estas quimeras contenían aproximadamente una célula humana en cada 100,000 células de cerdo, los embriones solo pudieron desarrollarse durante un mes debido a preocupaciones éticas de que sus cerebros podrían ser parte humanos. En 2018, los investigadores de Stanford crearon híbridos de oveja y humano, que contenían una célula humana por cada 10 000 células de oveja.
Queda por ver si las quimeras humanas podrían funcionar alguna vez. La alta tasa de mortalidad y la baja eficiencia quimérica reportadas por los estudios hasta el momento no son motivo para ser optimista, pero la perspectiva de dejar obsoleta la lista de donantes puede valer la pena.
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